Orígenes es uno de los teólogos más eminentes y originales del
cristianismo, cuya fama saltó las barreras geográficas y temporales de
su día y cuyos padecimientos finales como mártir le acreditaron un
merecido reconocimiento en autoridad moral y teológica.
De su inmensa producción literaria—más de seis mil títulos—se ha conservado sólo una exigua parte, y de la misma destaca con luz propia su grandioso Tratado de los Principios; es decir, las doctrinas principales o fundamentales del cristianismo, probablemente el primer esbozo conocido de una teología sistemática. Allí es donde mejor se manifiesta la profundidad y la audacia de la escuela alegórica y especulativa de Alejandría.
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